Y estaba echada en el mueble mirando como jugaban, me decía a mi misma: “que aburrido jugar cartas, bueno pues me dormiré”, esta conducta tuvo una duración de aproximadamente una semana, luego de unos pocos días, empezaba a escuchar risas por montones, había un nuevo integrante en este grupo timbero, era un chico de Arequipa que trabajaba conmigo.
Con el paso de los días, estas risas eran cada vez más intensas y sus burlas entre sí, interrumpían mi tan enfermizo sueño.
Llego el día de mi nefasta decisión, y me pregunte: “o sigues durmiendo en aquel mueble, o te decides de una vez por todas sentarte en esa mesa redonda hecha de madera, y a reírte con ellos, en vez de escucharlos reír”.
Fue así que me puse a observar a cada uno de ellos, cada uno tenía un modo diferente de jugar (diferencias individuales), pude observar que la única chica del grupo, primero acomodaba las cartas en orden ascendente y por símbolo, otro observaba atentamente las cartas que botaban las demás personas para ver qué cartas no estaban utilizando los demás, otros no botaban las cartas que sabían que a otros le hacían falta, y otros querían ganar a toda costa.
Que increíbles tácticas de juego de estos integrantes; un día me anime a participar en este, su juego y tal vez llegar a ser parte de este nuevo grupo social, aún sin nombre propio, pero con un ambiente bastante cálido, habían chocolates, gaseosas, pringles, cigarros y cervezas.
Ver la cara pensativa de cada uno de estos integrantes era divertidísimo, usualmente solía ganar una chica a la cual empezaron a tildarla de malévola, la segunda persona que mas ganaba, cada que llegaba a hacer un trío o ganaba por puntaje indicaba: “y se acabo señores!”, se iba al baño ( y quien sabe que hacia ahí…) y luego salía todo vigoroso, con los hombros ensanchados, caminaba casi saltando y con aires de ímpetu, algunas(os) señalaban : “que estrés con este pata…”, ante este hecho, otros simplemente reían al ver la expresión tan excéntrica y llamativa en este sujeto (rasgos histriónicos), y otros renegaban porque como eran altamente competitivos, sentíanse morir al haber perdido, todo ello caracterizaba todas aquellas noches en las cuales jugábamos cartas, poco a poco se nos generó un vicio jugar este dichosito juego llamado TRIKA.
Eran épocas cercanas a navidad, las demás personas que vivían también en la casa nos botaron de nuestra tan aferrada mesa de madera en el centro de la sala, y tuvimos que bajar al sótano a jugar Trika, en esa reunión “sotanesca”(neologismo), nos dimos cuenta que hacía mucho frío, y que además, pasábamos un excesivo tiempo juntos, como el salir a pasear juntos, comprarnos un carro juntos, hacer las compras juntos, ir al bowling juntos, pero como se llegó a generar tal cohesión?.
Respuesta sencilla, Jugando trika……..
Al parecer nuestra amistad, se inició gracias a este dichosito juego: TRIKA.
Fue así que en conmemoración al jueguito este, ese grupo de chicos se empezaron a llamar La Trika.
Días antes de navidad, el tan nombrado grupo tenía ya un nombre propio, los integrantes eran plenamente selectos (Argolleros), había una alta cohesión entre estos, y teníamos nuestro juego, como toda adicción no convencional, se volvió en nuestra actividad constante y reiterativa de todas nuestras noches y moríamos de ansiedad horas cercanas de jugarla.
Era muy gracioso ver los rostros de estos sujetos, del cómo se mordían los labios durante el juego, del como pensaban en la mejor manera de armar sus escaleras - tríos, y sobre todo aquellas reacciones sumamente expresivas de estos, tanto al ganar como al perder.
Sin embargo, el tiempo y los nuevos trabajos trajeron como consecuencia, que este juego dejara de jugarse.
Recuerdo que utilizábamos ciertas barajas que eran de diferentes colores, algunas estaban completas, otras incompletas, unas eran nuevas, otras no tan nuevas, pero a pesar de ello, y a pesar de sus diferencias jugábamos éste nuestro juego.
Luego de cierto tiempo hubo un intento de volver a jugar TRIKA, con la trika, pero al revisar las barajas, me dije:
“Es que ha pasado tanto tiempo ya….
De esa última vez que se juntaban esas barajas,
Barajas que son muy diferentes a las que conocí con anterioridad,
Barajas que ahora tienen otros colores,
Otras formas, otras dimensiones.
“Ha pasado tanto tiempo ya…..
No sé si se sienta igual de bien jugar
Con estas nuevas barajas”.
Bordeaban las 10 de la noche, cuando me di cuenta que no recordaba el cómo jugar trika. Les pregunte: “alguno de ustedes recuerda como se juega trika?”.
Me di con la sorpresa que ninguno de estos integrantes, recordaba cómo jugar ese nuestro juego, sonreí y me dije:
La trika no se acuerda como jugar trika.
…………….
“Y es que ha pasado tanto tiempo ya,
Desde la nuestra última vez juntos,
Nuestra última jugada,
Nuestra última vez como TRIKA”
En este momento, no sé como jugar TRIKA, no sé si aún sea parte de la trika, sin embargo, sigo guardando el recuerdo de las antiguas barajas, sin lugar a dudas están ya algo viejas, pero llenas de recuerdos.
